La Casa Aguilera, un inmueble de arquitectura mudéjar del siglo XVIII que se distingue por su elegancia y majestuosidad en la esquina de las calles Mercaderes y Amargura, en La Habana Vieja, acoge desde hace una década al Museo Nacional de la Cerámica Contemporánea Cubana. La institución fue concebida para mostrar el desarrollo de la cerámica nacional desde la década del 40 del siglo XX hasta la actualidad. Alejandro G. Alonso, el director del museo, bien conoce de desvelos y preocupaciones por legitimar esta disciplina dentro del contexto de la contemporaneidad. “El Museo nació en pleno período especial como resultado de la colaboración de muchas instituciones. Hemos ido creciendo en la colección y en espacio. Su primera sede fue el Castillo de la Real Fuerza, donde radicó por espacio de 15 años como institución subordinada al Consejo Nacional de las Artes Plásticas.» “Se inauguró sin colección gracias a la buena voluntad de muchas personas, al apoyo del Ministerio de Cultura y de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, instituciones que aportaron parte del financiamiento.» “Con el tiempo, los artistas han visto la necesidad de fomentar la colección y han donado piezas para hacerlo. Hoy contamos con…
La cerámica contemporánea cubana
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